La magnitud de la deuda tomada con el FMI durante el gobierno del ex presidente Mauricio Macri asciende a la suma total de 57.000 millones de dólares de la cual se fugaron U$S 24.000 millones.
Valores tan altos como estos son difíciles de dimensionar. Pero la tarea se simplifica cuando se los piensa en términos espaciales: los billetes en dólares de la deuda tomada por Macri ocuparían 786 canchas de fútbol, o trece camiones de carga que no podrían circular sin que les revienten las ruedas por el peso.
El préstamo que el Fondo Monetario Internacional le autorizó al Gobierno de Cambiemos en 2018 es casi igual a la totalidad de lo que el fondo le prestó a la mitad de los países del mundo para enfrentar a la pandemia del Coronavirus.
Con ese dinero, se podrían haber construído más de 132.000 jardines de infantes, 118.000 kilómetros de autovías, o más de 6 millones de viviendas. Pero lo cierto es que de la totalidad del préstamo, solo 45.000 millones llegaron a la Argentina.
¿Para qué se usó la mayor parte de los 57.000 millones de dólares? El ex mandatario usó U$S 21.000 millones para pagar deuda ya existente, pero lo más sorprendente es que U$S 24.000 millones se fugaron como divisas al exterior. Gracias a este préstamo con el FMI emitido por Macri, Argentina aumentó en 45.000 millones de dólares el nivel de deuda externa.